La Gestalt (término de origen alemán que significa “forma”), también conocida como “Psicología de la Forma” o “Teoría de la Forma”, es una corriente psicológica nacida en el siglo XX más específicamente en el año 1912, en Alemania, cuyos mayores representantes son Max Wertheimer (considerado el fundador de esta teoría), Kurt Lewin, Wolfgang Köhler, y Kurt Koffka. La Gestalt conserva grandes oposiciones con otro movimiento psicológico: el conductismo, debido a su explicación asociacionista, que postula la mera acumulación de conductas, provocadas por el esquema de estímulo-respuesta.
La Gestalt es parte de la Psicología Cognitiva, debido a su enfoque holista, respecto del estudio de los procesos mentales, y su recorrido (plagado de formas o pautas) por el aprendizaje, hacia el conocimiento.
Esta teoría está ligada íntimamente a la percepción, más específicamente, a la percepción como un todo (holismo), entendido como algo que va más allá de la simple suma de las partes. Existen numerosos experimentos realizados con el fin de entender cómo funciona la percepción y la relación que existe entre los elementos sensitivos; por ella es que se observa la existencia de las ilusiones visuales por ejemplo.
Las sensaciones del individuo nunca se hallan aisladas en el proceso de percepción, sino que se organizan, poseen una forma. Ésta depende de distintos elementos, algunos innatos y otros aprendidos; entre estos últimos cobra vital importancia el contexto social del individuo, y la estimulación que recibe del mismo, así como las interacciones sociales que surgen y se desarrollan a lo largo de su vida.
En cuanto al aprendizaje, la Gestalt se ha interesado y protagonizado grandes avances, postulando que entre el estímulo y la respuesta existe una organización, y de esta manera el aprendizaje va trazando un determinado recorrido que posee una forma. Para entender mejor el desarrollo del aprendizaje deben tenerse en cuenta las leyes de la Gestalt.
Entre las leyes o principios de la Gestalt, que regulan las relaciones entre los elementos perceptivos, hallamos los siguientes:
Figura-fondo: según este principio, muy experimentado en la percepción visual, cada Gestalt compone una “figura” (cuya estructura puede observarse con claridad), que se destaca sobre un “fondo” más general.
Ley de cierre: cada experiencia conserva en sí misma la tendencia a completarse; así como la resolución de un problema dado conlleva el “cierre” del mismo. Con esto queremos decir que el cierre es muy valioso, y facilita el aprendizaje, y es por ello que tenemos una inclinación innata a cerrar o completar aquello abierto o incompleto.
Ley de similitud (también conocida como ley de semejanza): los elementos sensitivos de naturaleza semejante se agrupan o se perciben como “todos”. Por ejemplo, si nos presentan pelotas (de forma circular) y cubos (de forma cuadrada), tendemos a poner las pelotas con las pelotas, y los cubos con los cubos, como si fueran grupos similares. También tiene mucha influencia el color en estos agrupamientos.
Proximidad: además de la similitud, la proximidad o distancia que conservan unos elementos con otros es otra pauta que nos lleva hacia el agrupamiento.
En lo referente a la labor de esta teoría en la terapia (terapia gestáltica), el método de la Gestalt es la introspección, por medio de la cual se estudia la conciencia (objeto de estudio), y el fin es resaltar las capacidades propias de cada ser humano, teniendo en cuenta sus habilidades.
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